Edilberto Rodríguez, fue desplazado de Tuluá por los paramilitares hace 10 años, le tocó huir con su esposa, hija, y tres nietos. Hoy se encuentra en Ginebra, Valle del Cauca contando su historia: “me siento orgulloso de salir adelante con mi familia de estar en un sitio tranquilo y estar con vida. Hasta ahora nosotros no hemos recibido ninguna ayuda. Para poner el denuncio del desplazamiento fue todo un proceso que hasta hoy se encuentra inconcluso, los papeles los perdieron y nadie da razón de ellos. Por eso estoy tan agradecido con el Fondo Adaptación y VallenPaz porque es la primera ayuda que recibo por parte del Estado.”
Edilberto cultiva: plátano, banano y café, que son las líneas productivas que le ayudan a sacar a su familia adelante. Como Edilberto existen cientos de víctimas más que no han sido atendidas o que siguen en busca de reparación y olvido con el fin de sanar las heridas y poder hacer una nueva historia en paz.